4.2.09

MONEY (cuento que acaba dos veces)

A Orlando lo que más le gustaba era rascarse las heridas, tenía las uñas larguísimas de modo que la mierda se le metía debajo y se amontonaba como plastilina negra. Allí se pasaba varios días hasta que, sentado a la barra del Montana, decidía sacarla a la luz con un palillo. Luego amasaba una bola con el pulgar y el índice y finalmente la lanzaba al espacio como si fuese una canica.

Precisamente en la barra del Montana estaba cuando entró la puta.

- ¿ Sabes Orlando?, acabo de chupársela a un tío que se parecía un montón a ti.
- ¿Ah sí?.
- Sí de verdad. Te lo juro Orlando se te parece un montón. Me refiero a tu cara tío, la polla en cambio era mucho más grande que la tuya. El muy cabrón no debe lavarse a menudo, un hombre gato. Un puto hombre gato. Creo que todavía me apestan las manos – y se las olió. ¿Sabes Orlando?, no eres un tipo tan feo.
- Bueno, gracias Mari, he tenido épocas mejores.
- ¿De veras?. ¿ Cuando eras maestro?.
- Cuando era maestro por ejemplo.
- Te imagino. Sí. Ponme algo Monti que me tengo que ir pronto, hoy hay partido me esperan los padres de familia. ¿Te tirabas a tus alumnas?.
- No mi amor, yo ya estaba enamorado de ti en aquella época.
- ¡Ja, ja!, no te hubiera hecho caso Or. Le dijo mirándolo a los ojos y apuntándole con el meñique - te hubiera roto el corazón.
- Lo sé, creo que por eso me di a la bebida.
- Te hubiera roto el corazón sí.

Mari era una puta decrépita más cerca de los 60 que de los 50. Su marido había palmado dos décadas atrás en una de esas guerras raras que dan por los noticieros. Después de eso ella se dio cuenta de que no sabía hacer nada. Los buenos tiempos se habían acabado y tocaba mover el culo. Sus primeros clientes fueron militares, camaradas de su marido, oficiales que se pasaban a cenar en honor al difunto y recordaban viejas batallas. Días de guerra, banderas y patria. Pero todo envejece y se pudre antes de morir.
Ahora no era mucho más que un despojo maloliente que recorría las aceras de la parte norte y a la que todo el mundo llamaba “mi general”.

- Si luego te encuentro por ahí te invito a cenar, Orlando.
- Bueno, ya sabes, la calle es mi casa. Soy un tipo fácil de encontrar.
- Te invito a cenar. Ponte algo elegante.
- Mi traje de graduación ya no me sirve, ahora peso unos cuantos kilos más. La calle alimenta una barbaridad.
- En fin, si te encuentro y no estás muy borracho…..

Cuando cae el sol y se encienden las farolas la ciudad es un lugar mucho más agradable. Las aceras se convierten en pasillos en los que te encuentras con los tuyos y para alguien con tantos recursos como Orlando una noche así poco más de tres o cuatro monedas en el bolsillo supone un sin fin de posibilidades.
De camino a ningún lugar pasó por delante de una sala de cine en la que hacían cola para ver la última entrega de 007, alguien lo llamó a gritos, era un tipo más bien bajito con el mentón más ancho que los hombros y los ojos separados y mal alineados.

- ¿Te acuerdas de mi o no joder?
- Sí claro que te recuerdo tío pero……no sé, tal vez hace 8 o 9 años.
- Sí por lo menos. ¿Qué coño te pasa, estás enfermo?.
- No, soy pobre. A lo mejor es una enfermedad.
- ¿No trabajas, te echaron de la empresa?
- Más o menos. Y tú ¿sigues pintando paredes?
- No ya no, las cosas me van bien. ¿Sabes cuanto vale la mierda esta? – dijo señalando hacia la cartelera.
- Pues unos 7 u 8 pavos creo.
- Ya, - entonces aquel tipo se dio la vuelta y se dirigió a un par de mulatas que hacían cola y ya casi habían llegado a la ventana de la taquilla- ¿ vocês tendes dinheiro?.
- Nâo temos.
- Entonces nos vamos.
- Oye ¿ no puedes dejarme algo? te lo devuelvo tan pronto cambie la racha…
- ¿La racha?. Mira Orlando cuando una racha tiene tu cara no cambia amigo. No cambia nunca. Me voy pero me alegro de verte. Saluda a los niños y …¡ busca trabajo joder, busca trabajo! eres un buen pintor. Siempre hay trabajo para un buen pintor.
- Tus amigas ¿ cuanto cobran por una mamada?.
- ¡ Eres un puto borracho!.

Mari lo encontró comprando unas botellas en el after- hours habitual y añadió a la cesta de la compra una caja de fajitas mexicanas, pimiento verde, cebolla y salsa de tomate. Por su parte él cambió el whisky malo que ya había elegido por vino malo en tetra brick.
Salieron de la mano como dos adolescentes camino de una fiesta, tambaleándose acera abajo. Por la calle pasó un coche con las ventanillas abiertas y la música altísima “ are you a lucky little lady in the city of night or just another lost angel?. City of night…”.

Aquella noche de septiembre la buhardilla en la que vivía la puta parecía el puente de un barco surcando un mar en calma. Rellenó las fajitas con tiras de pollo, cebolla y pimiento, presentó la mesa sobre un hule de plástico totalmente cubierto de cicatrices y se sentaron a hablar de cómo debieran haber sido sus vidas.

- Si yo tuviera tu trasero creo que sería rico.
- Si tú tuvieras mi trasero serías un borracho con el culo gordo. ¿Qué quieres decir que no sé utilizar mis recursos?.
- Sólo digo tonterías. No tienes televisor.
- Tenía uno, pero no dicen más que estupideces. Lo regalé.
- ¿Lo regalaste?.
- Sí, se lo di a un tipo que vivió conmigo una temporada. El día que lo eché a él eché a todos los estúpidos de esta casa. Vendía enciclopedias por las casas, pero vendía muy poco nunca tenía un pavo. ¿Y tú cuánta pasta tienes?.
- Bueno hoy no puedo quejarme, si tuviera coche podría echarle suficiente combustible como para dar una vuelta a la ciudad.
- ¿Me llevarías contigo Orlando?.
- Claro. ¿Sabes una cosa?, creo que voy ahorrar para compra un coche.
- Ahorrar tú.
- Verás hoy me encontré con un tipo, un antiguo compañero de trabajo, dice que necesitan pintores en la empresa en la que trabajé hace años.
- No te imagino borracho pintando paredes.
- No claro, tendría que dejar de beber. Pero eso es fácil.
- Fácil sería que te rompieras la cabeza cayéndote desde una escalera.
- Compraría un coche de segunda mano, un Ford o algo así. Podría incluso alquilar una casa pequeña cerca de la costa e ir a pescar los fines de semana. Tú cocinarías manjares como estos y veríamos la televisión juntos echados en el sillón todas las noches. ¿Te gusta el baloncesto?
- Creo que me gustaría.
- Pues veríamos baloncesto. Y antes de irnos a la cama daríamos un paseo pequeño por la calle saludando a los vecinos. ¡Buenas noches señora y señor vecino!.
- ¡Buenas noches señora puta buenas noches señor pintor!. Me gusta tu sueño Or hace mucho que nadie me cuenta un cuento tan hermoso. Me gustaría mucho vivir en esa casa que dices, prométeme que cuando hayas ahorrado la comprarás.
- Te lo juro. Es muy fácil.

Aquella noche hubo vino y rosas la amargura pasó de largo y los dos soñadores se fueron a dormir abrazados después de mucho soñar justo a la hora en que, a escasos kilómetros de allí, el vuelo 11 de American Airlines se incrustaba por completo en la torre norte del World Trade Center.


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A MEDIA TARDE.

A media tarde Orlando puso de nuevo los pies sobre el mundo. Se vistió sus andrajos y se fue. Cuando Mari se despertó se encontró una nota que decía “ me voy a la inmobiliaria a elegir nuestra casa”.
Rebuscando en los mismos contenedores de basura de todos los días, Orlando halló un maletín negro de cuero resplandeciendo entre la mierda. Lo abrió y comprobó que estaba lleno de billetes y entre los billetes una nota mecanografiada rezaba; “ no hay más dios que el dinero”. Cerró el maletín y se puso a caminar sin saber muy bien adónde.


En la puerta de la comisaría un policía enorme hacía guardia.

- He encontrado esto tirado.
- Dentro. El mostrador del fondo del pasillo.

Al subir las escaleras se sintió como Atlas soportando todo el peso del mundo sobre sus hombros. Y el mundo pesaba lo mismo que una maleta de dinero.

6 comentarios:

Ra dijo...

Le va a sonar a eslogan, pero si doble, dos veces bueno. Por tratarse de usted ;)

Bonito look.
Mua.

Unknown dijo...

Joder....

ni lo he podido leer, simplemente me deje llevar por las imagenes y vi el capitulo completo.
Sabes que me pareció lo peor??
que cuando ya rodaba por esa realidad cristalina, exploto todo en un final, que no me gusto por ser final. Me hubiese encantado un "continuara" aunque fuese mentira....

felicidades por reencontrar el tiempo de hacernos disfrutar
unha aperta

Mr Tichborne dijo...

Plas plas! Nada mais que engadir

A. Doinel dijo...

Me encanta cuando te pones tierno... o pesimista.

Anónimo dijo...

Guau!! me parecio una eternidad... esperé tanto el final y aquí esta!! Lo tengo y creo que esta es la tercera vez que lo leo :)...

Bien, (reverencia) creo que es el final que imaginé, talvez te hayas contagiado de mis finales no-felices.

Sigo siendo su fans, sigo admirando su escritura. Gracias por el honor de haber degustado esto.


PS: La modernidad ha llegado a su blog??? Me gusta mucho, pero a mis sentidos le costo acostumbrarse =)

Anónimo dijo...

Ah! Fuí sin ser invitada al blog de su amigo ex traño y me haría un favor? felicitelo de mi parte por sus palabras...

"en primera persona", grandiosas imagenes y filosas palabras para mí...

Cariños a ambos