DE JOVEN, JIM

Hoy me gustaría contaros el cuento de mi amigo Roberto que una vez me dijo al oído en un susurro, “un amigo es una imagen que tienes de ti mismo”. Aunque en realidad él y yo casi no nos parecemos nada. Si yo he navegado algo, mi velero en realidad jamás salió de la ría, en cambio el suyo nunca está de vuelta del mar.

Mi amigo Roberto es una caja de cuentos, cuando yo era niño me llevó a bordo de La Hispaniola a una remota isla de la que, de alguna manera aún no volví. Allí encontré un tesoro maravilloso que se llama literatura. Durante todo el viaje a mi amigo se le dio por llamarme Jim. Hice muchos viajes después y en ellos conocí a un montón de piratas, pero ninguno como aquel viejo cocinero cojo llamado John Silver “ el largo.
Roberto también tiene su lado oscuro como todos, su Mister Hyde, el diablo de la botella lo transforma de cuando en vez en un ser horrible y sin escrúpulos. Muchas veces le dije que lo dejara pero él prefirió contarme otro cuento. Desde entonces cuando me miro en el espejo de la pared y la memoria me recorre un escalofrío.
Algún día cuando yo sea viejo, tan viejo como es él, subiré a un avión y le haré una visita. Y en la puerta podré leer “volvió después de mucho errar, el marinero de la mar del monte el cazador…”. Ya sabéis, en los mares del sur.