2.11.09

UN CUENTO DE HALLOWEEN





Érase una vez un hombre tan feliz que no tenía amigos, tan sólo algún que otro conocido. Viajaba por la vida como si se tratara de un juego hasta que un buen día, su familia, que era quien más lo quería le llamo la atención y le pidió que por favor, sentara de una vez la cabeza.
Y así fue como aquel ciudadano feliz se pasó el resto de sus días buscándose en las esquelas. Y jamás, pero jamás de los jamases, volvió a molestar a nadie.

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